¿Por qué el altar es reverenciado?

Cuando los ministros terminan la procesión hacia el frente de la iglesia, todos (excepto aquellos que llevan la cruz o el Libro de los Evangelios) se inclinan ante el altar. Mientras se dirigen hacia sus lugares, el sacerdote va a la parte posterior del altar, se inclina y lo besa, antes de ir a su silla. El altar es un símbolo del Cuerpo de Cristo y como tal lo reverenciamos. No lo tratamos como una mesa ordinaria y sólo ponemos en él lo necesario para la celebración de la Liturgia Eucarística: el cáliz y el purificador, el corporal, el pan y el vino y el Sacramentario con el cual el sacerdote nos guiará en las oraciones.

El altar nos pertenece a todos. Lo demostramos manteniendo el altar accesible desde todos los ángulos, sin ponerle barreras de flores u otra decoración. Nos reunimos alrededor del altar como Cristo reunió a los discípulos alrededor de la mesa en la Última Cena. Esta imagen es más clara en los templos que han movido el altar más al centro dentro de la asamblea. Cuando el altar realmente está puesto entre las personas, hay una percepción y una impresión más claras de estar reunidos alrededor del altar como si fuera en torno a una mesa comunitaria. No deberá haber objetos que los miembros de la comunidad puedan percibir como un impedimento para acercarse a la mesa.

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¿Cómo nos preparamos para celebrar la Liturgia?

No sólo los músicos, los Ministros litúrgicos y el sacerdote se preparan para la celebración. Todos nosotros lo hacemos. Nos preparamos desde el momento en que seleccionamos nuestro atuendo, alistamos a nuestros hijos y nos encaminamos al templo.

Tal vez todos tenemos una rutina que seguimos cada domingo y ésta es parte de la preparación para integrarse a la celebración.

Muchas personas revisan las Sagradas Escrituras para poder tener tiempo de reflexionar sobre las lecturas del domingo con anticipación. Ésta puede convertirse en una actividad familiar, tomándose el tiempo para comentarlas. Entonces, ustedes pueden comparar sus pensamientos con la homilía del domingo. La lista de las lecturas se publica en el boletín cada semana.

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¿En qué difiere la oración que se hace durante la Liturgia de otras formas de oración?

La Liturgia es definida como el “trabajo que la Iglesia” establece y que la hace única en sí misma. La Iglesia es la asamblea de creyentes, reunida por Dios para rendirle culto en el nombre de Jesucristo.

Así pues, la oración de la Iglesia es comunitaria, no individual. Se deriva de nuestra oración individual. Surge de nuestro hábito de rezar como individuos y como grupos fuera de la Liturgia. Lo que rezamos durante ésta, es la oración del Cuerpo de Cristo congregado. Es una oración colectiva, la cual ofrecemos a Dios a través del derecho (y el deber) que procede de nuestro bautismo. Cuando nos reunimos a rezar durante la Liturgia, no venimos como un grupo de individuos, sino como la Iglesia misma.

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¿Por qué nos reunimos para celebrar la Liturgia Eucarística? (Lo que antes denominábamos ir a Misa.) 

• Porque todos somos requeridos allí. 
• Porque el Cuerpo de Cristo está incompleto sin nosotros. 
• Porque podemos fortalecernos al ser testigos de la fe de otros y alentar a otros a través de nuestro propio testimonio de fe. 
• Porque necesitamos reconocer muestra relación con Dios y entre nosotros. 
• Porque Dios nos ha llamado. 
• Porque damos gracias a Dios por el don de la vida y el don de la salvación.